“Mentiría si no dijera que, en cuanto los jóvenes se hacen mayores y adquieren la discreción de los adultos, a través de la experiencia y el estudio, se marchita su belleza, su entusiasmo se desvanece, se enfría su gracia y se tambalea su vigor.”

Erasmo de Rotterdam (1466 - 1536), humanista y teólogo holandés, en Elogio de la locura.


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